La creatividad es importante pero la tradición también lo es, ya que nos acerca a nuestras raíces. Por este motivo he creído importante mantener vivas las costumbres y realizar la típica boñiga de regalo para el día del padre. Te recomiendo que antes leas mi artículo: “¿es una boñiga esculpida por un niño creatividad?” pinchando aquí.
Materiales:
Arcilla blanca.
Temperas.
Pinceles.
Objetos diversos (tesoros): Monedas, conchas, piedras…
Consejos:
1.- Invitar al niño a modelar. Si el adulto empieza a hacer su obra, es fácil que el niño quiera hacer la suya propia.
2.- NUNCA intervenir en la obra del pequeño, a no ser que percibamos graves problemas estructurales. Entonces explicarle como solucionarlos o intervenir sutilmente con su consentimiento. Es preferible que el pequeño trabaje en nuestra obra que nosotros en la suya. Recuerda que todo esto lo hacemos por él, no por nosotros. (Quizá resulte difícil reprimirse en algún momento pero por favor, no mates su creatividad a cambio de transmitirle toda tu vasta sabiduría en… ¿modelado?)
3.- Dejarle hacer y animarle en todo momento con críticas constructivas pero no halagos gratuitos.
Proceso:
Modelar, secar. Pintar, secar, regalar.
Si quieres puedes descargar nuestra hoja con el estandarte para la obra aquí. (Té-quiero-papa/I-love-dad.)
Quiero dedicar este post a la magnífica Restauradora Marga Ors que seguramente, desde una isla, esté pensando en lo poco prolíferas que resultaron sus magistrales clases de modelado.
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