SEMANA 1: Socorro, hay un devora cuentos en mi casa.

Empezamos nuestra programación con esta actividad.

Todos creemos conocer la importancia que tiene que  los niños lean cuentos. Si tu hijo pequeño no mira un par de cuentos nuevos cada semana, quizá realmente no seamos conscientes del alcance de todo esto. Leer un cuento del nivel de un niño pequeño puede llevar uno o dos minutos.

Apunté a mi muy inquieto hijo, Daniel, a un concurso de “superlectores” cuando cumplió 2 años. A los dos meses, la profesora me informó de la increíble progresión en vocabulario y habla del pequeño. Mirábamos un libro de media al día y le encantaba, hasta el punto de convertir  la supresión del cuento nocturno, en el castigo más grave.

No solo el habla se ve enriquecida con la lectura sino también la imaginación, la creatividad, la afectividad con quien lo comparten…

Dicen bastantes profesionales que se podría generalizar en que los fracasos escolares parten de una mala base lectora.

Material:

2 Botes  pequeños de boca ancha transparentes.  (Hemos cogido botes de yogur de cristal con una tela y goma de tapa. Una de las telas lleva un ojal centrado para introducir los garbanzos)

85 garbanzos saltarines.

1 Rotulador negro.

1 Carné de biblioteca a nombre del peque.

Al final del proceso (3 meses)  libro premio que elija el peque.

Desarrollo:

1 Cuanto el peque consiga un logro (objetivo cumplido, altura alcanzada, edad cumplida…), felicitarle y explicarle que ha conseguido ser socio VIP de la biblioteca. Si no tiene carné, nos acercaremos a la misma y pediremos que le hagan uno a su nombre.

 2 Fijaremos un objetivo de cuentos a la semana, según la edad/complejidad libro. Multiplicaremos el numero por 12 (número semanas trimestre). Introduciremos ese número de garbanzos en un bote. Podemos contarlos delante de él (en estimulación temprana, a los bebes desde 3 meses se les nombra, con bits, los números hasta el cien).

3 Instauraremos un día a la semana o quincena para visitar la biblioteca y coger el número de libros acordados. Fijaremos una hora y un lugar (ver rincón de cuentos), para leerlos juntos.  Estas citas son movibles pero los hábitos son más fáciles de seguir con una planificación y constancia.

4 Cada vez que se lea un libro, se tomará un garbanzo, se le dibujarán ojos y sonrisa de garbancito lector y se pasará al bote inicialmente vacío. Cuando todos los garbanzos estén sonriendo en el nuevo bote, llevaremos al peque a una librería, y le permitiremos elegir el cuento que quiera como premio. Además obtendrá la felicitación del librero previamente advertido.