SEMANA 44 ¡¡¡Sóla 36 horas!!! ¿Qué haríais?

Este año mi chico y yo hemos hecho diez años de casados. Mis padres se ofrecieron a cuidarnos a los peques para que hiciéramos una escapada romántica. Lo cierto es que a mi chico se le erizan los pelos si tiene que subirse a un avión fuera de la jornada laboral, ja ja. Entre eso, la crisis y que aún no hemos podido disfrutar de nuestra casa y de Barcelona románticamente, decidimos hacerlo.

Es que como en casa...

Fer se fue a llevar a los peques con los abuelos y ¿sabéis qué? Tenía 36 horas para estar SOLA. ¿Qué haríais con 36 horas para vosotros solos?

Mis tres chicos subían a mi "huevovolumen" mientras yo les despedía desde la ventana con la sonrisa de pensar que en unos minutos podría pasear sin prisas por el Born en Barcelona. Cuando partieron miré al garaje y vi el deportivo automático de mi chico. Sí, ese mismo coche al que yo apenas había subido cuatro veces y el mismo que cogí en una emergencia con mi madre y casi la siento en el parabrisas cuando confundí el inexistente embrague con el freno. Supongo que en este momento no os estoy produciendo ninguna lástima, incluso estaréis pensando que soy bastante tonta pero lo cierto es que no me gustan los coches para presumir y por eso no he sentido ningún interés en aprender todo ese ritual mágico que hay que hacer para conseguir arrancar y ajustar todos los parámetros en estos coches casi naves espaciales. La cuestión es que como no me quería estresar decidí disfrutar en casa de esa primera jornada.

A pesar de los insistentes consejos de que no hiciese nada de la casa, recogí los remanentes de la fiesta del cumple de Dani en una hora.  Necesito algo de orden para que fluya la armonía. Lo siguiente fue seguir los consejos de Pilar Sordo de "soltar". Saqué todos los restos de sales, cremas y mascarillas que necesitan más tiempo del de la vida diaria y traté de vaciarlos sobre mi cuerpo para dejar más huecos en mis armarios.

Todo esto funciona mejor con esta música.

Después decidí ver una peli de chicas con un vaso refrescante de cerveza y algo prohibido para las mamis de niños pequeños, las pipas. Si te pones a comer pipas delante de dos peques, te puedes pasar toda la tarde pelando y pelando, sin apenas catar ni una sola.

Últimamente las pelis de mi vida pasaban de animación a acción en un abrir y cerrar de ojos, así que ver "Esto es la guerra" fue toda una experiencia. Al principio pensé que era una broma de mal gusto de mi chico pero en cuanto pasaron las letras del principio, vi que había acertado con una peli de chicas.

Un poco más tarde, un baño relajante.

¿Sabiáis que contemplar el verde es muy positivo para nuestra salud. Así que me puse a hacerlo desde nuestra cama balinesa...

Lo intercalé con algunas revistas algo antiguas.

A la hora de dormir, qué mejor que "Desayuno con Diamantes".

Al día siguiente intenté arrancar el cochecito y estaba sin batería. Así que me subí en el bus de línea más feliz que una perdiz. El bus estaba vacío, me sentí en una limusina cambiando el estres del asfalto y los conductores enfadados que se cruzan por las nuevas percepciones de los caballos bebiendo en el Llobregat, los árboles ondeando al viento y las nubes bailando en el cielo.

En Barcelona visité galerías de arte para luego impregnarme de las inesperadas imágenes que te brinda pasear por el barrio del Born. Ahí van...

La noche terminó con un concierto de tangos en compañía de una buena amiga y luego fuimos a buscar a mi chico al tren. Fueron unas 36 horas inolvidable. ¿A vosotros qué os gustaría hacer?