lunes, 26 de marzo de 2012

Nuestra primera clase de equitación.


Ayer fuimos a una clase muy especial en el Poni club de Cataluña. Os juro que no me había reído tanto desde hacía bastantes años, me caían las lágrimas. La profesora Christelle convirtió la sesión en una experiencia extremadamente didáctica e increíblemente divertida.


Dani con el casco de erizo junto a nuestra amiga Leire y David el "chiquitín" (según la profe) de amarillo junto a nuestra amiguita Anna en rojo. Todos escuchan atentamente las fantásticas explicaciones de la profe.


Dani es el primero en subir al poni siguiendo las instrucciones de Christelle. 


En seguida le sigue David, que no consigue quitarse de la cara una preciosa sonrisa de emoción y diversión.


Aprenden a controlar al poni, arrancar, parar, girar, trotes...


También hay momentos para abrazos o ¿se han quedado todos dormidos?


Preparados para una carrera y otros muchos juegos de equilibrio. Leire es la jinete de porte perfecto, Anna la mejor organizadora de la clase a la sombra de la profe, David el chiquitin dispuesto a salir al galope cuando la profe no le observa y Dani el jinete prudente que pasa del respeto a la pasión en segundos.


Para terminar, hay que seguir un orden para guardar los ponis y si alguno se lo salta, aunque sea el chiquitín, tiene que volver cabizbajo a la línea.


Por fin nos toca recoger el material y a nuestro poni.


David les da de beber, mientras Leire y Anna le observan.


La experta jinete y mano derecha de la profe, Anna, cepilla las crines de un poni.


Acaban guardando los ponis, mientras David vigila al perrito que en segundos le marcaría la mano y no fue por llamarle perro bonito como os podréis imaginar.

Ha sido una experiencia realmente inolvidable y eso que yo no soy una loca apasionada del mundo ecuestre. Os lo recomiendo de corazón. Seguro que volveremos. Christelle te damos un diez pero habría que hacer un cien solo para ti.

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