Flo, la mascota de mi clase.

En la clase de David tienen una mascota que se llama Flo. Es un pez y cada fin de semana visita la casa de uno de los peques para vivir aventuras inolvidables que quedan reflejadas en un diario. El mismo viaja siempre colgado de su aleta. El viernes Flo vino a nuestra casa.

Hola soy Flo, este finde he estado en casa de David. El viernes me fui con él al curso de piscina y lo pasé como pez en el agua. Daniel aunque hacía dos años que no me veía aún se acordaba de mi, y me subió a su cuarto para abrazarme mientras se dormía pero David también quería acariciarme, así que al final nos quedamos los tres dormiditos juntos.

 El sábado por la mañana, David me despertó a las 6:37 y me gritó: "A jugar". Yo crucé la aleta y le dije: "Pero si aún está la luna", él abrió la puerta y tirando de mis escamas me sacó al pasillo y concluyó: "Mía, el sol, abajo a juga." Me tubo media mañana colocando bloques, bolas, palos y cosas muy raras en forma de circutos extraños que él tiraba y cuando la última pieza caía, gritaba:" Bieeeenn, otro, otro..." Luego nos fuimos a la playa a andar en bici y conseguí que me dejaran descansar un ratito mirando al mar.

Comimos en una terraza en el paseo y luego estuvimos corriendo y jugando con la arena. Quería escaparme al agua pero David siempre me pillaba.

David hizo un amigo que le enseñó a conducir su fantástico coche de época.

Cuando parecía que volvíamos a casa a descansar, me llevaron directo a casa de su amiga Leire que hizo un fiestón de cumpleaños. Al principio yo no me lo podía creer, estaba agotado, pero cuando empezaron a poner música divertida, empezamos todos a bailar y lo pasamos de maravilla. Volvimos a casa prontito, según ellos, porque el papá de David tenía que volar a Paris a media noche, pero eran casi las 23:00. ¡Uaaa que sueño!

A la mañana siguiente, otra vez madrugón para salir a la terraza a saltar en el castillo hinchable. Tengo agujetas hasta en la última escama. Luego me llevaron a un club de ponis donde Leire que también me echaba mucho de menos, aunque ya está en el cole, me dio muchos muchos cariñitos.

Los peques estuvieron aprendiendo a montar pero yo no me animé porque no me veía con esos cascos tan apretados.

Así que estuve tomando el sol y tratando de escapar de unos gatos. Luego nos fuimos a comer con los amiguitos y a correr y saltar por un circuito de toboganes. Por fin regresamos a casa y no me dejaron dormir siesta, otra vez a jugar. Bueno Jessi y pececillos, que lo he pasado de maravilla pero mañana cuando vayamos a la guarde por fa, dejadme dormir un ratito y no cantéis el "Bon día" muy alto.

Saluditos, el agotado pero feliz pez Flo.