Nuestra primera acampada en el mágico Sadernes. Parte 1.

La semana pasada, para despedir las vacaciones, decidimos irnos de acampada a Sadernes, precioso paraje entre Figueras y Olot (Gerona). Era nuestra primera acampada y recurso necesario para completar el regalo de cumpleaños de Dani, su tienda de campaña. Empezamos la aventura parando en un lugar idílico...

En realidad, esa parada no es que la tuviéramos del todo programada.

Tampoco pinchar en medio de la ruta, je je.

Cuando llegamos al camping, fue muy divertido montar la tienda con amigos.

Luego los peques se fueron a explorar el lugar.

Los columpios eran muy atrayentes.

Así que David acabó con un buen chichón tras golpearse con la silla de acero.

Nos fuimos de excursión al precioso pueblo medieval de Besalú.

Se había disfrazado, ese fin de semana, para mostrarnos su preciosa historia.

Gastronomía, mmm...

Junto al río, en un enclave mágico, los peques disfrutaban de torneos de caballeros y princesas.

No quisieron perderse detalle.

Todo estaba cuidado, en esta bella villa.

Al día siguiente nos fuimos de expedición. Dani no se separó de Ona, propiedad de nuestra buena amiga Leire.

Andamos por senderos.

En busca del agua, en un cauce ya seco, al final de este cálido verano.

Cruzamos peligrosos puentes.

Hasta dar con el objeto de nuestra búsqueda.

El precioso oro líquido se fundió con nosotros.

Las pequeñas cascadas emergían tímidas y escondidas en un paraje inigualable.

Dani construyó una presa para guardar y observar de cerca a sus peces.

Los cebaba y cuando comían despreocupados, se hacía con ellos.