Éste es uno de mis sofás. Tiene quince años de manchas
dulces y saladas. Cuando alguien entra en mi maravilloso salón de 45 metros
cuadrados, le mira a él. Le mira con asombro y desprecio. Yo sólo veo sus
manchas.
Apenas tenía 21 años. Era la crisis del petróleo. Estaba
convencida de que NUNCA en mi vida ya podría encontrar un trabajo y creéis que lo
hice. Subsistí dos duros años en un trabajo en la distancia y antes de ser
realidad el regreso a mi Logroño ya tenía apalabrada la compra de mi primer piso.
Me costó once millones de pesetas. Mi primer
año allí fue maravilloso. Mi sueldo sólo costeaba la hipoteca, el préstamo de
mi padre, luz, agua, gasolina y me quedaban doscientas pesetas para una cerveza
en una terraza que en cambio se convertía en algunas litronas en improvisadas
fiestas con mis amigas en mi querido piso nuevo de 83 metros cuadrados con
piscina comunitaria. Hubiera peleado primero por el dinero y luego por el tiempo
para una revista Vogue. VIVÍA DE
ILUSIONES. Tenía una habitación para cada uno de mis futuros hijos.
El primer verano, mis amigas se fueron de vacaciones pero yo
invertí en dos sofás que estaban de oferta. Cuando llegué a la tienda, ante mi
asombro, le pregunté al dependiente, ¿son verdes verdad? Él, con cara de
negación de sus palabras, afirmó: “un verde pardo”. Cuando llegaron a mi salón
tornaron ocre, color kk… Eran tan cómodos que mientras mis amigas tomaban el
sol en sus tumbonas yo palidecía de placer sentada en mis flamantes sofás,
color kk.
Pasó el tiempo. Sonrío... Viajaron a Palma y luego a Barcelona. Mi
marido insiste en que fueron testigos de la concepción del primero de nuestros
hijos.
Alguien me propuso que escondiera sus manchas bajo una funda.
Las fundas son para los que viven en el futuro sin disfrutar del presente.
Ayer, David en un arranque de ira ante uno de mis desaires a
uno de sus comportamientos reprochables, incorporó tres rayas gruesas de
rotulador permanente a las espaldas de uno de mis sofás. El alcohol logró
desdibujarlas pero no borró la esencia de las manchas, tres manchas más.
Las manchas duelen menos en un sofá de textil básico color kk, que en uno de piel blanca.
Y hoy, quince años tras nuestro encuentro, tras muchas manchas muy
presentes, LES DIGO QUE ESTAMOS DENUEVO EN
CRISIS, EN CRISIS DE ILUSIONES.
LA CRISIS ES EL NIDO PERFECTO DE LA CREATIVIDAD.
APROVECHADLA Y ALEGRAOS POR TODO LO QUE REPORTARÁ A VUESTROS PEQUES.
Jo, mis sofases tienen fundas, y las cambio con frecuencia. Snifs. Pero es que mi perro tambien sube en el sofa, y si no tuviera las fundas, el verde intenso ya seria verde asqueroso. Y la verdad, que vivan las fundas, y que mi perro disfrute del sofa junto a nosotros.
ResponderEliminarJa ja, creo que mis peques pueden ser peor que tu perro. Así que tenemos sofás color kk hasta que mis hijos se civilicen. Larga vida a mis sofás. En realidad todos los sofás tienen fundas. Lo que tú tienes una grande y yo tengo individuales para cada parte, ¿No? Un besito.
ResponderEliminarUh, y eso lleva mucho curro. Mejor sacar una grande que muchas pequeñas, no?
ResponderEliminarMe encantó :)
ResponderEliminarGracias Pauline, tú tambien nos encantas. Besitos.
ResponderEliminarMe ha encantado la historia de tu sofá y estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión. Besikos!!
ResponderEliminarJeje tu sofá me ha recordado a una estantería tambien color kkuno que viaja conmigo siempre, la tenía en mi habitación en casa de mis padres y veinte años y tres mudanzas después sigue conmigo! Ahora la estoy tuneando para mi nuevo piso! Un beso familia!
ResponderEliminarMe ha emocianado tu comentario.
ResponderEliminarLa forma de redactarlo me ha recordado mi época en la que yo y una amiga del cole(de la que ya nunca he sabido nada) escribíamos relatos cortos para viajar mentalmente a otros mundos, intentando ser mayores para poder hacer un montón de cosas que nuestros padres no nos dejaban hacer porque eramos pequeñas, mientras estabamos en el tiempo de descanso en el cole.
La verdad es que en tiempos donde todo es efímero y temporal a veces necesitamos ese rincón que nos recuerde que el presente es una parte del pasado.
Estoy esperando con ilusión tu siguiente comentario.
Pero que bonita historia y biografía y reflexión y filosofía¡¡¡¡¡
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarMuy buena reflexión. Lo que puedes llegar a dar de si un sofa eh? Gracias!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho leerte. Enhorabuena por el blog.
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